Es un edificio construido en tapial, con cadenas y esquinazos de ladrillo.
Su exterior es muy sencillo. Destaca en él sobre todo el hastial, situado en el lado oeste, donde se abre la portada. Realizada en ladrillo, consta de un vano en arco de medio flanqueado por pilastras adosadas entre las que discurre un entablamento moldurado; las pilastras están rematadas por pilarcillos coronados por sendas cruces entre los que se dispone una doble moldura mixtilínea a modo de tímpano, en el interior del cual se abre una hornacina avenerada en arco de medio punto, coronada por tímpano semicircular, que contiene la imagen de bulto de Santa Inés. Flanqueando la hornacina hay una inscripción con la fecha de 16 74.
El interior presenta un gran interés. Se trata de una adaptación de una tipología arquitectónica de carácter conventual, que además destaca especialmente por su rica decoración de yeserías de tradición mudéjar, realizadas por el maestro francés Juan de Marca, que también trabajó en las iglesias de Brea e Illueca, con cuyas ornamentaciones mantiene importantes paralelismos, y, en la provincia de Huesca, en diversas iglesias del norte de la comarca de La Litera y de la Ribagorza septentrional.
Está compuesta por tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, crucero no acusado en planta y cabecera rectangular orientada hacia el este. El coro alto se encuentra a los pies.
El crucero está cubierto por cúpula sobre pechinas rematada por linterna. La cúpula está decorada con yeserías con cabezas de ángeles, guirnaldas y lazos; las pechinas presentan medallones ovales en cuyo interior se disponen las imágenes en medio bulto de los Padres de la Iglesia en yeso policromado.
La nave central, dividida en tres tramos por arcos fajones que apean sobre pilares cruciformes de orden toscano, está cubierta con bóveda de lunetos decorada con yeserías mudéjares de lazos y estrellas.
Las naves laterales se abren a la central mediante arcos de medio punto. Sobre ellas discurre una tribuna, con pretil decorado con lacería mudéjar. Tanto las naves laterales como la tribuna y el coro están también cubiertos por bóvedas de lunetos decoradas con yeserías de raigambre mudéjar. También el coro presenta un pretil decorado con lacería mudéjar.
El retablo mayor es de madera tallada policromada y está dedicado a la Asunción de la Virgen. En él se pueden apreciar escenas de la vida de Jesús. Es una obra de principios del siglo XVII. En los laterales del banco se localizan las figuras de San Miguel y San Rafael. Sobre los plintos de las columnas están representados los cuatro evangelistas.
La hornacina central la ocupa un relieve de la Asunción de la Virgen y a los lados las siguientes escenas: Anunciación, Visitación, Nacimiento, Adoración de los Magos, Presentación en el templo, Circuncisión, Camino de Egipto y Jesús entre los doctores.
En la zona del Evangelio se localizan los siguientes retablos: el retablo de la Santísima Trinidad de finales del siglo XVI y principios del XVII, el retablo de San Miguel Arcángel del siglo XVII y el retablo de la Virgen. La tabla central del retablo de la Santísima Trinidad es de finales del siglo XV. En ella aparece la imagen de Dios Padre sujetando un Crucifijo. En la parte baja están representados los donantes del retablo.
En la zona de la Epístola se localizan los siguientes retablos: el retablo de San Blas del siglo XVIII, el retablo del Relicario del siglo XVIII y el retablo del Santo Cristo. El órgano, realizado en 1678 por Joseph de Sesma, se sitúa a los pies de la nave de la Epístola.
Cuenta con un campanario de tipología mudéjar, situado en la parte central de la fachada sur, de planta cuadrada y cuatro cuerpos. En su parte baja se abría un gran arco de medio punto, hoy cegado, que en origen daba acceso al cementerio. En el segundo y tercer cuerpo se abren parejas de ventanas de medio punto en cada uno de los lienzos, mientras que en el superior hay sencillos vanos para campanas, también de medio punto.
Tuvo además una torre de piedra junto a la cabecera, en el lado de la Epístola, que se desplomó en 1971 arruinando el presbiterio, algunas yeserías, la cúpula y los retablos Mayor y de la Virgen del Rosario. En ese momento se procedió a la restauración del crucero.
La torre y las pervivencias mudéjares de la iglesia fueron declarados Bienes Catalogados por el Gobierno de Aragón en 2003.
El órgano de la iglesia fue declarado Bien de Interés Cultural en 2022.