Descripción
Diseñada por el arquitecto Félix Navarro en 1909. Compuesta por una nave de planta rectangular de una sola altura en toda su longitud, a excepción del pabellón delantero que presentaba dos pisos. Cubierta por un techo doble vertiente que era soportado por columnas de fundición. En los alzados largos abrió huecos tripartitos en arco escarzado. Entre cada vano hay adosadas pilastras que culminaban en un pequeño pináculo. El frontis corto tiene una gran riqueza de motivos. Optó por la variedad de vanos y colocó vanos adintelados en las puertas de entrada, medio punto en las ventanas laterales y escarzado para la central. Dividió el frontispicio en varios ejes de composición mediante finas pilastras rematadas por pináculos y dispuso una decoración de motivos geométricos en los ejes exteriores y en el remate del alzado. Empleó dos ladrillos, uno más claro para los muros y otro más oscuro para los detalles ornamentales. Como remate del conjunto empleó un hastial escalonado, y destacó el centro del mismo mediante un entablamento quebrado.
Durante los años que la fábrica estuvo abierta y en uso se amplió en varias naves.
Fuente
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BIEL IBÁÑEZ, María Pilar (coord.). Inventario del patrimonio industrial y la obra pública de Aragón. Inventario inédito, Gobierno de Aragón, Diputaciones y Comarcas, 2004-2009.
Bibliografía
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BIEL IBÁÑEZ, María Pilar. Zaragoza y la industrialización : la arquitectura industrial en la capital aragonesa entre 1875-1936. Zaragoza: Gobierno de Aragón. Institución Fernando El Católico, 2004.
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BIEL IBÁÑEZ, Mª Pilar. La arquitectura industrial de Félix Navarro: Félix Navarro, la dualidad audaz. Zaragoza: Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza, Asociación de Detallistas del Me, 2003.
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BIEL IBÁÑEZ, Mª Pilar. El eclecticismo en la arquitectura industrial: Felix Navarro. TVRIASO. 1997 p. 163-184.
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PÉTRIZ BORAU, José Manuel; Domínguez Hernández, Javier. Arqueología industrial en la provincia de Zaragoza. Zaragoza: [s.n.], 2000.
Síntesis histórica
Comenzó a funcionar en 1910 y funcionaba con las máquinas más modernas de la época e introducía otras novedades, como el hecho de que disponer de vestidores y aseos para los operarios, totalmente desconocidos hasta entonces en España. Se reconstruyó la casa del portero porque no ofrecía ni seguridad ni las condiciones necesarias. La reforma guardó la misma alineación de la calle, ampliándola en dirección paralela a ésta. La buena marcha del negocio llevó a la transformación de la sociedad citada en sociedad anónima en 1918, permaneciendo así hasta su cierre en torno a los años 80. El único incidente que se produjo en la fábrica fue un incendio en un almacén en 1926.
Actualmente y tras la remodelación de los años 80, la fábrica de Galletas Patria se ha convertido en un atractivo concesionario de automóviles, con un magnífico aspecto del lado de la Avenida de Cataluña. La fachada está totalmente recuperada, rescatando toda la fábrica de ladrillo caravista y la ornamentación en sillería, azulejos o ladrillo rojo. La carpintería exterior es de madera blanca recuperando la estética inicial y las grandes vidrieras en planta baja funcionan como un espléndido escaparate.