Se trata de mina subterránea para la extracción de yeso. Es una estructura muy singular, ya que en general el yeso se obtenía de canteras a cielo abierto que, tras su abandono, han dejado una escasa huella en el paisaje. Solo conocemos aproximadamente otra media docena de aljezares de este tipo en Aragón, todos ellos en la provincia de Teruel, concentrados en el valle medio del Alfambra, concretamente en Perales de Alfambra, Orrios y Escorihuela.
Al pie de un monte de yeso y arcilla, una boca aproximadamente circular da paso a una gran cavidad de forma irregular y unos 70 metros de profundidad, con una altura que varía, según las zonas, de los cuatro a seis metros.
Conforme la mina se fue excavando, los obreros dejaron algunos tramos sin picar, a modo de gruesos pilares, con la finalidad de reforzar la cubierta y evitar su hundimiento.
En las proximidades de la mina se conservan varias construcciones relacionadas con la transformación y almacenaje del yeso obtenido.
Una vez extraído, el yeso era cocido en un horno, situado a unos 20 metros de la boca. Es una estructura cuadrangular de mampostería, abierta por su parte superior para cargar por allí la piedra. En su frente presenta una gran boca en arco rebajado, a través de la cual se introducía el combustible necesario.
Tras la cocción, el yeso era machacado y convertido en polvo en una era que debía estar situada en las cercanías, aunque no ha podido ser localizada. Sí se conserva, junto al conjunto de construcciones, el rollo cilíndrico de piedra que, arrastrado por una caballería, era utilizado para pulverizar el yeso.
Muy próximas al horno se conservan tres construcciones rectangulares de tamaño relativamente pequeño, realizadas con mampostería, donde se almacenaba el yeso hasta su transporte. En uno de los muros de la más próxima al horno, se abre una conducción inclinada que, atravesando la pared del edificio, permitía el vertido del yeso en polvo al interior.
En las cercanías de esta mina se conserva un segundo aljezar, al parecer de mayores dimensiones, aunque en la actualidad no puede accederse a su interior.