Fábrica de sillarejo con piezas de tamaño mediano y regular, cuya disposición es en hiladas regulares en la torre y en la parte inferior de los muros exteriores.
Su planta es de cruz latina, con presbiterio atrofiado y ábside semicircular peraltado. La nave única consta de cinco tramos, de los cuales el más cercano al presbiterio está flanqueado por dos estancias laterales, formando un falso crucero. Sobre la estancia del lado norte se levanta la torre.

Los tramos de la nave están separados por parejas de columnas adosadas a los muros norte y sur, apoyadas y coronadas por bloques alargados que les sirven de basa y capitel. Actualmente soportan una bóveda de medio cañón construida en 1933 durante la restauración llevada a cabo por Iñiguez Almech.
El ábside cubre con bóveda de horno y los espacios a ambos lados de la nave, con medio cañón.

Al exterior, la decoración se concentra en el ábside, articulado por seis lesenas mediales y dos marginales sobre un basamento liso. Dichas lesenas sustentan siete arquillos ciegos sobre los que hay un friso de gruesos baquetones. Parte de la decoración (arcos ciegos y zócalo) se prolonga a los muros del falso crucero.
En el muro meridional se abren tres ventanas de medio punto y una cuarta ajimezada con arquillos de herradura, enmarcadas todas por otro arco de medio punto y un alfiz rectangular. La portada es especialmente sencilla; abre en arco de medio punto peraltado de despiece radial, que arranca de imposta-salmer, lo que, junto con el ligero descentramiento de su trasdós, le confiere aspecto de herradura. Al interior la puerta es de arco sobre dintel.

La torre es de planta cuadrada, carece de división exterior en cuerpos y presenta en los cuatro frentes de la planta superior una ventana enmarcada por alfiz. Se trata de ventanas compuestas por tres arquitos que arrancan de la característica imposta-salmer, apoyando en jambas rectas con medias columnas adosadas y maineles redondos de tambor almohadillado carentes de basa.
Cierra con bóveda esquifada mediante aproximación de hiladas; al exterior se cubre con tejaroz de losa a cuatro vertientes.
Se completa la decoración con una moldura listel sobre la que se abre un juego de oquedades. Remata con la cornisa de doble hilada en voladizo que recorre todo el edificio.

La iglesia de San pedro de Lárrede ha dado su nombre al conjunto de iglesias del Alto Gállego conocido habitualmente como "serrablés" o "larredense", ya que se trata del edificio de mayor calidad del grupo.

Esta iglesia está relacionada con la de Satué, de modo que parecen haber sido obra del mismo autor, con el que además aprenderían los artífices de las iglesias de Susín y de San Juan de Busa.