El palacio se sitúa en el centro de la población, con su fachada principal a la plaza Ramón y Cajal.
Se ajusta a la tipología de los palacios del Renacimiento italiano, con planta cuadrada en cuyo interior se abre un patio rectangular de corte también italianizante. Durante la guerra de la Independencia fue destruida la crujía norte del palacio, por lo que actualmente el antiguo patio, reconvertido en calle, está abierto al exterior. La obra está realizada en sillería de buena factura.
La crujía sur del edificio, en la que se sitúa la fachada principal, es la más destacada del conjunto, ya que se eleva un piso más que las restantes alas y está flanqueada por torres cuadrangulares en las esquinas. Asimismo, es la que concentra una mayor riqueza decorativa.
La fachada está dividida en altura en tres cuerpos separados por una imposta.
El cuerpo inferior (que al interior corresponde a la planta baja y una entreplanta) presenta en su parte central un gran vano en arco de medio punto, que era la entrada principal del palacio y daba acceso a un pasadizo que conduce al patio interior. Sobre la clave del arco se enterior. Sobre y ano en arco de medio punto, que da acceso a un pasadizo qla clave del arco hay un escudo nobiliario, enmarcado por lambrequines y orlas de profusa decoración vegetal. cuyo cuerpo ostenta las armas de los Urriés y los Lanuza, en referencia a los consortes promotores de la construcción del palacio, don Hugo y doña Greyda: aunque muy desgastado, todavía pueden verse en su mitad superior las bandas verticales alternando con cuarteles lisos y, en la inferior, una pareja de leones alados. Flanquean el arco y el escudo varias ventanas adinteladas
En el cuerpo central (que también corresponde a dos pisos por el interior) se abren las ventanas más destacadas. Se trata de cuatro grandes huecos, dos en la parte central y otros tantos en los extremos, coronados por triple arquillo lobulado, que debían contar con parejas de parteluces en el interior (hoy desaparecidos); están enmarcados por una moldura resaltada a modo de alfiz. A un nivel algo superior se abre otra ventana de interés: de menor tamaño, sobre el dintel, presenta decoración en relieve de tracerías góticas, enmarcadas por un listel.
El cuerpo superior está recorrido por una galería de arcos doblados de medio punto enmarcada por los torreones de los extremos. En estos se abren sendas ventanas decoradas con tracerías góticas similares a la del cuerpo inferior. Corona este cuerpo un remate almenado que fue construido a principios del siglo XX y no tiene ninguna relación con la obra original, consistente en un alero volado.
La fachada lateral hoy visible, en el lado oeste, es mucho más sencilla. En la parte delantera se prolongan los elementos de la fachada, con una gran ventana trigeminada y otra decorada con tracerías góticas, pero en el resto, dividida también en tres cuerpos de menor altura, se abren hileras de sencillos vanos adintelados, si bien dispuestos con gran regularidad y simetría.
El patio tuvo planta rectangular y constaba de dos pisos, pero solo quedan restos de dos de las crujías, la este y la sur (el ala oeste se encuentra muy remodelada y la norte ha desaparecido). El cuerpo bajo era arquitrabado, con columnas anilladas y capiteles decorados con incisiones; solamente se conservan dos columnas de la antigua arquería en el lado este. El cuerpo superior conserva en dos de las alas (aunque con los huecos muy alterados) arquerías de medio punto apoyadas en columnas de piedra con capiteles toscanos que, a su vez, apean en un pretil con restos de medallones en el frente. El lado este muestra todavía, sobre ellas, un fragmento de decoración a base de dentículos y el alero original con doble fila superpuesta de canetes.
El interior se encuentra muy transformado, si bien conserva la caja de escaleras y la sala principal, cubierta con un artesonado de madera decorado con motivos geométricos.