La iglesia de San Esteban Protomártir es, sin duda, el principal edificio de la población de Urriés. Construida en sillar y sillarejo, cuenta con una primera fábrica románica de planta rectangular, con cabecera absidial y nave única de tres tramos, a la que durante la segunda mitad del siglo XVI se le añaden la sacristía(1565)-adosada a la cabecera románica, en el lado de la Epístola, y obra del cantero guipuzcoano Miguel de Ybarra,- y las capillas de San Esteban y San Ramón Nonato, situadas a ambos lados de presbiterio, además de la torre campanario sobre la última capilla, realizadas en 1571 y obra del maestro Sebastián de Ybarra. En el siglo XVII se acomete una reforma barroca consistente en la construcción de dos nuevas capillas-la de la Virgen del Pilar y la del Santo Cristo- a ambos lados del primer tramo de la nave, el coro elevado, a los pies del templo, y la portada barroca.
En planta, observamos una iglesia rectangular dotada de cabecera absidial, cubierta por bóveda de horno, y nave única dividida en tres tramos y cubierta por bóveda de medio cañón apuntado, reforzada por arcos fajones igualmente apuntados. Adosada a la cabecera se encuentra la sacristía, obra del siglo XVI, de planta cuadrada y cubierta por bóveda de crucería. En el tramo recto del presbiterio se abren sendas capillas, una a cada lado del mismo, de planta cuadrada y cubiertas por bóvedas de crucería estrellada. Sobre la capilla situada en el lado de la Epístola, advocada a San Ramón Nonato, se levanta la torre campanario: construida en sillar y sillarejo, presenta planta cuadrada y tres pisos en altura, cubriéndose el superior, destinado a alojar las campanas, con cúpula sobre pechinas; su acceso se realiza a través de unas escaleras anejas, visibles desde el exterior. Fue realizada por Sebastián de Ybarra en 1571 siguiendo la traza del maestro Nicolás de Lizárraga, fechada en 1566.
A ambos lados del primer tramo de la nave, el más próximo a la cabecera, se localizan dos nuevas capillas, de menores dimensiones que las anteriores, que se cubren con bóvedas de medio cañón, presentando la del lado del Evangelio planta rectangular, mientras que la del lado de la Epístola, la del Santo Cristo, presenta planta cuadrada; además en el interior de esta última capilla se conserva la portada original románica de acceso al templo, usada hasta la construcción de la actual en época barroca; esta pequeña portada románica está formada por triple arquivolta apuntada, de las que tan solo la central presenta molduración de media caña, apeada en columnas, con capiteles decorados con esquemáticos motivos vegetales, y cimacios, ornamentados, asimismo con tallas de elementos vegetales muy esquemáticos; el tímpano que luce en la actualidad esta portada es actual, obra de una cantero del lugar, aunque reproduce el original en el que se representaba un crismón aragonés, acompañado por las letras alfa y omega.
En el tramo de los pies encontramos el sotocoro, cubierto con bóveda de aristas, sobre el que se dispone el coro elevado que luce una sencilla barandilla de madera; sotocoro y coro están datados en el siglo XVII.
Los muros al interior se observan desnudos, tan solo interrumpidos por los arcos de acceso a las capillas, por las medias columnas, con capiteles decorados con sencillas palmetas, sobre las que cargan los arcos fajones apuntados, y por la imposta sin decoración que recorre todo el templo, como separación de la zona de los muros de las de las cubiertas.
Al exterior apenas son visibles las huellas de la fábrica románica- se aprecia parcialmente el ábside, oculto por la sacristía- ya que han sido enmascaradas por las reformas y añadidos renacentistas y barrocos. Los paramentos murales se ven solamente interrumpidos por la presencia de algunos vanos abocinados, situados uno en el ábside(de derrame interno), otro en la Capilla del Santo Cristo(de doble derrame) y un tercero en la Capilla de San Ramón Nonato, y la portada, abierta en el segundo tramo en el lado de la Epístola, y precedida por un atrio rectangular de dos tramos, cubiertos por techumbre plana y bóveda de cañón rebajada; la sencilla portada está formada por el hueco adintelado de acceso- que ha conservado la puerta de madera original decorada con flores de lis de hierro- flanqueado por dobles pilastras corintias, de las que las exteriores están coronadas por volutas vegetales, mientras sobre las interiores apea un clásico entablamento decorado por metopas y triglifos, la cornisa con motivos denticulados en su parte inferior y el frontón curvo partido rematado por un pináculo central. Esta portada se realizó a finales del siglo XVII y se relaciona con la de la iglesia de Isuerre(Cinco Villas, Zaragoza), construida en 1695.