La torre campanario de esta parroquia inaugura el modelo que se generaliza en el siglo XVI: la tipología de torres mixtas, es decir, campanarios formados por un cuerpo bajo de planta cuadrada al que se superpone un cuerpo octogonal, que no introducen ninguna novedad estructural, aunque sí unos nuevos volúmenes externos, que suponen una cierta pérdida del carácter musulmán que poseían hasta este momento las torres campanario
La torre presenta una división en dos cuerpos, que coinciden con sus dos etapas constructivas: una datada en el siglo XIV o primeras décadas del XV, en la que se realiza el cuerpo inferior, de planta cuadrada, y la segunda, fechada en 1486, que cuenta con la intervención de los maestros Audalla de Brea y Mahoma Monferriz, quienes reconstruyen el segundo cuerpo, de planta octogonal, ya que parece ser que el cuerpo de campanas primitivo se hundió.
El primer cuerpo presenta estructura interna de alminar hispanomusulmán, esto es, un machón central, cuadrado y hueco, envuelto por la torre exterior, y entre ambos se aloja la caja de escaleras, cubierta por las características bóvedas de aproximación de hiladas.
Al exterior, se observa una decoración basada en dos grandes paños de sebka, de arcos mixtilíneos entrecruzados el primero, y de arcos muy apuntados y entrecruzados el segundo, y frisos de esquinillas, simples y a tresbolillo-la superior, sobre el segundo gran paño de sebka.
El paso entre este cuerpo y el superior, octogonal, se resuelve con torreoncillos de ángulo. Este cuerpo superior, hueco al interior, presenta en el exterior una división en dos zonas de vanos: en la inferior y por cada lado de la torre, un vanos apuntado decorado en sus laterales por medios rombos, mientras en la alta, muestra, asimismo por cada cara de la torre, dos huecos en arco de medio punto ligeramente apuntado, enmarcados, en su parte inferior y superior, por sendas bandas de esquinillas.
Este segundo cuerpo presenta ya algunas de las características de las torres mixtas difundidas en el siglo XVI, como son la ausencia de contrafuertes exteriores y su remate almenado.
Culminando la torre se sitúa, ya en la edad contemporánea, un chapitel.
La torre de Alfajarín, inicio y máximo exponente de las torres de planta mixta en tierras aragonesas parece ser fruto del azar, y ejerce su influencia sobre los campanarios posteriores de Utebo y Ricla.