Templo de aspecto robusto, organizado en torno a una planta basilical de tres naves, destacando en altura la central de las laterales, lo que permite la iluminación del interior de la iglesia a través de los grandes ventanales circulares que se abren en el espacio sobresaliente.
El crucero, alineado en planta, se cubre con monumental cúpula sobre un tambor octogonal y queda rematada por una linterna; esta parte de la iglesia es una de las pocas que ha quedado en pie, ya que el resto de bóvedas esféricas y elípticas que cubrían los tramos de la nave central se hundieron con el paso de los años.
Exteriormente la cúpula de la iglesia protagoniza el perfil del conjunto monumental; en el tambor se abren vanos adintelados rematados por frontón, y flanqueados por columnas, ubicándose cuatro estatuas de santos en los ochavos de la cúpula.
Junto a la cúpula, la torre, que flanquea el lado derecho de la fachada de los pies, se eleva a través de sus tres cuerpos de ladrillo sobre un basamento de mampostería; el primer cuerpo posee planta cuadrada, mientras que el segundo y tercero son ochavados, con columnas adosadas en los ángulos. Los dos cuerpos inferiores quedan abiertos por vanos adintelados rematados por frontón triangular, mientras que los vanos abiertos en el tercer cuerpo son de medio punto.Al exterior se aprecia la fábrica de mampostería de yeso con encintados de ladrillo, y con ladrillo atizonado.
La fachada de los pies adopta una sobria composición, en hastial coronado por un frontón recto, solución repetida también en los hastiales de los brazos del crucero y el ábside recto de la iglesia.
Al interior, la iglesia destaca desde el punto de vista decorativo, predominando yeserías de tipo rococó en los óculos de iluminación de la nave, a base de florones y guirnaldas de rocalla.
Se trata de una construcción iniciada en 1774 por un discípulo de Ventura Rodríguez, un lego cisterciense, que erigió un monumental templo dentro del lenguaje que su maestro impuso en la fábrica del Pilar en la capital, y que sirvió de modelo a seguir por sus discípulos en la construcción de numerosas iglesias de la capital, no pudiendo compararse ninguna a la realizada en este monasterio en cuanto a grandiosidad se refiere.