La iglesia parroquial de San Miguel está ubicada a escasos metros de la plaza del pueblo donde se localiza la Casa Consistorial, muy cerca de la casa natal de Baltasar Gracián.
De grandes dimensiones, el edificio consta de una nave rectangular, con capillas laterales entre los contrafuertes y ábside poligonal mudéjar orientado al este. Junto al muro sur, y de manera exenta, destaca una torre cuadrangular, también de estilo mudéjar.
Fue construido en dos etapas, destacando una mudéjar del siglo XIV, de la cual solo se conserva la torre y el ábside, y una segunda etapa tardogótica, del siglo XVII, concretamente del año 1634 como aparece en una inscripción del interior, correspondiente a la iglesia. Hecho evidenciado, sobre todo, en los materiales, puesto que todo el templo es de piedra excepto los elementos mudéjares, realizados en el característico ladrillo.
Así pues, todo el paramento exterior de la iglesia es de piedra, combinando sillares con mampuestos, y destacando dos niveles; uno inferior correspondiente a la altura de las capillas, rematado por un tejado a una vertiente con alero que combina tres hiladas de ladrillo recto con tres intermedias de ladrillo en esquinilla. En el nivel superior del lienzo principal de la nave se vislumbran los acabados de los contrafuertes, llegando hasta la cornisa, así como los vanos presentes entre los mismos, en arco de medio punto con bocel al interior. La techumbre es de teja a cuatro vertientes y alero en piedra con perfil de doble bocel, rematado por una sencilla espadaña a la altura de la puerta de entrada, que alberga una campana en su abertura de medio punto.
La puerta de acceso se encuentra en el muro norte, precedida por un atrio de planta cuadrangular abierto al exterior por un gran arco de medio punto y cubierto por bóveda de crucería de complejo diseño que incluye terceletes y combados. Dicha portada, de estilo renacentista, en arco de medio punto, apea en jambas con decoración geométrica y está flanqueada por columnas acanaladas, de orden dórico, que apean en plintos paralelelipédicos con decoración geométrica en su parte frontal. Sobre las columnas hay un friso sencillo. Cerrando la portada, en orden ascendente, hay un frontón triangular partido en el que se inserta una hornacina con decoración avenerada que alberga la imagen de san Miguel, enmarcada por una pequeña portada clásica.
En el interior, la nave de planta rectangular, sin crucero, está flanqueada por capillas laterales. Dos en el lado del evangelio, entre las cuales se abre la puerta de acceso, y tres en el lado de la epístola, siendo la más cercana al altar de menor altura por encontrarse bajo el órgano, fechado en 1912. Todas abren en arco de medio punto, cubiertas con bóveda de crucería de complejo diseño, y recorridas por una moldura que arranca de la base de las pilastras voladas que sustentan los arcos perpiaños de la bóveda principal. Destaca la decoración del intradós del arco de la capilla bajo el órgano, en base a dos hiladas paralelas de puntas de diamante a lo largo del mismo. Siguiendo con la nave, dividida en cinco tramos por arcos perpiaños de medio punto, decorados en su intradós por casetones cuadrangulares que enmarcan motivos geométricos, tiene cubierta de crucería de diseño complejo, cuasi estrellada, con terceletes y combados, decorada con claves en resalte con motivos vegetales. El presbiterio esta cubierto por bóveda de cañón, profusamente decorada con motivos geométricos, y el ábside, semicircular al interior, es de bóveda de horno. Los pies de la nave albergan el coro, al que se accede por una escalera tras la puerta situada a la izquierda del mismo. Es un coro alto con frente en arco rebajado y sotocoro cubierto por bóveda de cañón rebajada con decoración en yeso con motivos geométricos. Esta fachada oeste presenta dos vanos, uno inferior cuadrangular y otro superior, en arco de medio punto. Misma tipología que todos los vanos de las fachadas norte y sur situados entre los contrafuertes, con bocel al intradós y pintados en combinación de líneas rojas y blancas, igual que la moldura entre las impostas de los arcos perpiaños, también en combinación de líneas rojas y blancas.