El edificio es totalmente de mampostería y piedra sillar. Está cubierto a dos aguas con teja directamente sobre la bóveda.

El templo es de una sola nave cubierta por bóveda de cañón apuntado, dividida en nueve tramos por arcos fajones de sillería también apuntados. 

La portada de la iglesia se abre en el muro de la epístola. Es de tipología románica, de sillería, con arco de medio punto de dos arquivoltas -baquetón y relieves-, rematada con una chambrana de puntas de diamante, que descansa en la imposta, con forma de nacela.

En el exterior se dispone un pórtico de cuatro tramos cubiertos por bóvedas de crucería, divididas entre sí mediante arcos de nervios de medio punto que apean sobre ménsulas. Tiene dos entradas laterales en arco apuntado. La fachada del pórtico presenta un muro de sillería en el que se abre en cada tramo un ventanal muy alargado con arco ojival. La portada es apuntada con diversas arquivoltas en derrame y se sitúa entre contrafuertes.

En el interior de la iglesia se desarrolla un ciclo pictórico en la bóveda del ábside de la primera época de la iglesia. Parece que toda la iglesia estaba decorada con pinturas murales a partir de la segunda mitad del siglo XIV. Se han conservado sólo las del ábside y parte de la cabecera, aunque ahora son visibles sólo las del lado de la epístola. Están dentro del estilo llamado lineal o franco-gótico.

La cabecera de la iglesia se remata con una aspillera, que encontramos también en la capilla lateral hacia el lado del evangelio. Junto al presbiterio se encuentra la antigua sacristía. Es una sala cuadrangular cubierta con cañón apuntado en el mismo sentido que la nave de la iglesia, con arco fajón intermedio que apea sobre ménsulas. En el hastial se abre otra portada, renacentista, muy sencilla, con vano adintelado sobre ménsulas, con hornacina y ventanal superior apuntado.

El lado norte conserva la cornisa románica, con sus canes, de la primera fase del edificio.

El retablo mayor está dedicado a San Blas. Es uno de los retablos de mayores dimensiones, dentro de la pintura gótica, de todos los que se conservan en Aragón. Fue pintado expresamente para esta iglesia ya que se adapta perfectamente al ábside, cubriéndolo totalmente. Este retablo se pintó entre 1431 y 1456, fechas en las que don Dalmau de Mur era arzobispo de Zaragoza. Recientemente se ha atribuido a Blasco de Grañén.

Consta de 37 tablas, distribuidas en la predela y el cuerpo del mismo. Conserva el guardapolvos, pintado con ángeles y escudos, entre los que destaca el del arzobispo don Dalmau de Mur; se conserva bastante bien la mazonería, sobre todo los pilares de las entrecalles y los arquetes de las tablas del banco y de las cimeras de las calles. 

La predela tiene la custodia en el centro y cinco escenas a cada lado de la Pasión de Cristo: Entrada en Jerusalén, Cena Pascual, Oración en el huerto, Beso de Judas, Coronación de espinas, Flagelación, Cristo ante Pilatos, Camino del Calvario, Descendimiento y Santo Entierro.

El cuerpo tiene 27 tablas, tres de las cuales son de mayores dimensiones y están dedicadas a San Blas, que se localiza en el centro, y la Virgen del Patrocinio y San Zenón en los laterales. En torno a ellas, hay otras destinadas a narrar la vida y martirio de los titulares.

Aparece San Blas entronizado, la consagración como obispo, San Blas bendiciendo a los animales,curando la garganta a un joven, San Blas en la cárcel y el martirio en la cruz en forma de aspa.

La Virgen del Patrocinio es una virgen con gran manto que cubre a los fieles.  En las calles laterales hay siete escenas: Anunciación, Nacimiento de Cristo, Adoración de los Magos, Presentación en el templo, Espíritu Santo y Dormición de la Virgen.

San Zenón aparece con báculo y hay  un ángel colocándole la mitra. Hay cinco escenas: San Zenón es consagrado obispo, el santo predicando, muerte de San Zenón, funeral y exposición del cuerpo.

En el retablo hay otras tablas en las que se representa a San Miguel, Santa Catalina, Santa Lucía, Santa Bárbara, San Fabián,  San Sebastián, el profeta David y el Calvario.

En esta iglesia solo encontramos retablos, aparte del retablo mayor, en el lado del Evangelio. 

El primero es el retablo de San Juan Bautista de la primera mitad del siglo XVI. Consta de predela con tres tablas, cuerpo con otras tres y ático. Tiene tres escenas: San Juan Bautista predicando, la Faz de Cristo y la Degollación del santo.

El segundo retablo es el de San Roque de la primera mitad del siglo XVI. En la casa central está la imagen de San Roque con el perro que lleva un pan en la boca y el ángel que le curaba la llaga de la pierna. En la tabla de la izquierda se representa a Santa Ana, la Virgen y el Niño, y en la derecha a San Pablo. En ático está el Calvario y en la predela, Cristo varón de dolores con dos santos a cada lado.  

La torre está situada en  la cabecera, en el lado del evangelio. Consta de un piso macizo y dos pisos realizados en mampostería y sillar, con aspilleras y husillo para las escaleras del interior, que ocupa casi la mitad de las estancias. Estas se cubren con bóveda de cañón sobre dos nervios cruceros rectangulares con esquinas achaflanadas. El piso superior, el campanario, tiene cuatro vanos apuntados con arco interno a modo de diafragma que apea sobre capiteles cúbicos. Este piso se cubre con bóveda esquifada sobre nervios diagonales muy apuntados; encima está la terraza.