El edificio está compuesto por dos alas en ángulo recto y dos cuerpos más elevados que las articulan. En prolongación de una de ellas, donde se encuentra el acceso, se sitúa la iglesia-capilla. Desde la plaza de la iglesia se advierten estas dos alas, octogonalmete dispuestas. La de la derecha muestra la clásica fachada aragonesa del siglo XVII, de tres pisos, con una portada de ladrillo con arco carpanel sobre impostas molduradas; en la segunda se disponen tres balcones y en la superior una galería de doce arcos de medio punto, doblados y con dos líneas de imposta bajo un alero de dos filas de esquinillas y tres de listeles. La otra fachada es más plana, sin galería de doce arcos de medio punto, doblados y con dos líneas de imposta bajo un alero de dos filas de esquinillas y tres de listeles. La otra fachada es más plana, sin galería, y de composición simétrica, con portada adintelada y tres balcones en el segundo piso, los laterales con ménsulas de forja.

Ambos cuerpos se manifiestan en el exterior del conjunto, hacia la vega. La fachada oriental se corresponde con el edificio de la entrada rematada, también mediante otra arquería semejante, esta vez de catorce vanos. La flanquean los dos cuerpos más elevados -uno junto a la iglesia y otro que corresponde con el extremo del ala lateral- de mayor altura, que en correspondencia con la galería presentan pares de ventanas dobladas de medio punto. El último ala, junto a la que discurre una acequia, se abre hacia el norte mediante una serie de balcones y dos galerías de arcos de medio punto, doblados y con dos líneas de imposta. La primera, de trece arcos , se corona con una cornisa doble de esquinillas y modillones; la segunda más popular, de diez arcos, presenta una cornisa más sencilla sólo de esqunillas.