Descripción
Actualmente se conservan en pie escasos restos, en los que cuesta reconocer el edificio descrito en las diversas noticias documentales que han sido recopiladas por los investigadores.
Queda lo que fue el muro de los pies, recto, y dos lienzos desiguales de los muros laterales; ha desaparecido completamente el extremo este del edificio, donde debió encontrarse el ábside.
Estos muros delimitan un espacio rectangular, correspondiente a la nave de la iglesia, que estuvo cubierta con bóveda de medio cañón, cuyo arranque se conserva en el lado norte a la altura de los pies del edificio; los restos conservados no evidencian la existencia de capillas.
Estuvo realizada con sillería, que se conserva en un pequeño tramo del interior del muro norte, aunque el resto de los muros fueron despojados de sus sillares, que según los historiadores fueron utilizados para construir la Torre del Reloj a finales del siglo XVIII.
Los restos conservados miden 14 x 8 m.
Fuente
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PUYOL IBORT, Marta. Campaña de inventario de patrimonio inmueble de la Hoya de Huesca: Zona noroeste. Inventario inédito, Comarca Hoya de Huesca / Plana de Uesca, 2019.
Bibliografía
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GIMÉNEZ ARBUÉS, Chesús A. Las vírgenes de la Cuesta y Soterrano de Ayerbe (1). Diario del Altoaragón [En línea]. 26/06/2005 p. 8. [Consulta: 18 de diciembre de 2019]. <https://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasImprimir.aspx?Id=546338>.
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LAGLERA BAILO, Cristian. Inventario de las ermitas de Huesca. Tomo I: Jacetania, Alto Gállego y Hoya de Huesca. Huesca: Pirineo, 2017.
Síntesis histórica
Según el investigador Chesús Giménez Arbués, parece haber sido en origen una iglesia románica, construida entre 1118 y 1125 a raíz de la concesión por Alfonso I del fuero a la localidad. Desempeñaría entonces las funciones de iglesia parroquial.
El mismo investigador supone que pudo ser reconstruida en el siglo XIV, momento en el que contaría con una sola nave dividida en diferentes tramos por arcos apuntados que arrancaban del suelo y sostenían una techumbre de madera a dos aguas; el ingreso se efectuaba por una puerta situada en el lado sur. Esta hipótesis, sin embargo, es contradicha en parte por los restos actuales de la ermita, que corresponden a un edificio que estuvo abovedado con piedra.
A mediados del siglo XVI, en 1560, se realizaron obras de consolidación del edificio. Poco después, en 1563 se cubrió su torre con un tejado y se instaló en ella el reloj oficial de la villa.
Tuvo gran importancia en la vida de la localidad. En el siglo XVII el concejo de la villa celebró varias sesiones en el edificio. Además, era utilizada anualmente para el juramento y toma de posesión de los nuevos jurados que detentarían el gobierno municipal; este acto se celebraba el 15 de agosto, tras la procesión religiosa a la ermita.
En 1750, convertida ya en una simple ermita, amenazaba ruina. A finales de ese siglo, quizás afectada por los corrimientos de tierra del monte, se vino definitivamente abajo. Solo se conservó su torre, que en 1798 fue derribada y cuya piedra, al parecer, fue utilizada para construir la actual Torre del Reloj.
Tradiciones
Su festividad tenía lugar el 15 de agosto. Se celebraba con una procesión a la ermita, donde tenían lugar diversos actos religiosos y civiles.
Contó con cinco altares, el principal dedicado a la Virgen y los restantes a Santa Catalina, San Sebastián, San Martín y San Babil, cada uno de los cuales contaba con su respectiva cofradía. La más importante fue la de Santa Catalina, compuesta por personas infanzona de ambos sexos.