La Fundación Casa de Ganaderos nació el 5 de febrero de 1988,
setecientos sesenta y nueve años después de que el rey Alfonso I de Aragón
concediera derechos de pastos a la ciudad de Zaragoza y setecientos setenta
desde que, por privilegio real de Jaime I de Aragón, nacía formalmente la
institución de Casa de Ganaderos.
El objeto de la Fundación era, y sigue siendo,
custodiar, estudiar y difundir el importante legado histórico que, a lo largo
de estos 800 años, se ha ido recopilando por la Casa. Este legado se inicia con
el documento fundacional firmado por el rey Jaime I en 1218, e incluye, entre
otros, pergaminos de Fernando Católico y del resto de reyes aragoneses desde el
siglo XIII, el libro de las Marcas y señales de los cofrades de Casa de
Ganaderos de 1722, casi 5.000 procesos históricos y todas las actas del Consejo
de Casa de Ganaderos desde el siglo XV hasta nuestros días.
La Fundación “Casa de Ganaderos” es una institución viva.
Su labor de difusión, con la realización de cursos, jornadas y conferencias, la
ha convertido en un foro de estudio y debate del mundo de los archivos en
Aragón. Se ha realizado también un importante esfuerzo de actualización del
archivo -humano y económico-. A día de hoy el archivo está informatizado en su
totalidad y digitalizado hasta 1900.
El archivo fue calificado por el profesor Canellas como "uno de los
archivos más celosamente custodiados en Aragón". Este celo es fácil de
explicar por la importancia que, para la pervivencia de la Casa, tenía su
archivo. El poder de Casa de Ganaderos ha descansado, básicamente, sobre los
derechos y pactos que a lo largo de ocho siglos se han ido renovando y
actualizando. Por ello siempre ha sido vital conservar los documentos que daban
fe de estos derechos.
Este interés en conservar los documentos ha permitido que
el archivo haya llegado hasta nuestros días en perfecto estado. También ha
generado algunas críticas de los investigadores que en ocasiones veían
imposibilitado su acceso. El mismo Canellas anotaba, en las Actas de las
Jornadas del Estado Actual de los Archivos con fondos aragoneses, que por
varias razones ha llegado "hasta nuestros días su archivo en aparente
inaccesibilidad, salvo para selectos investigadores".
El interés por los fondos del archivo ha existido siempre
y además es fácil documentar cómo la propia Casa ha sido consciente de la
utilidad de estos fondos y de su significado para la historia de Aragón. Hay
Índices Generales realizados en los años 1687, 1771, 1814, 1855 y el de
principio de siglo, hecho por José Vidal en 1907 y publicado por Ángel Canellas
en 1982.
Autores como Moneva, en 1914, Marín y Peña, en 1929,
Lacarra en la década de 1960, o el especialista de la Mesta Julio Klein, en
1920, se han dedicado a trabajar con sus documentos o, como en el caso de
Lacarra, a efectuar referencias y señalar su enorme importancia para el
conocimiento de pasado aragonés.
En lo que respecta a su contenido es notoria la importancia del
Cartulario Grande de la Casa, que engloba 53 documentos enmarcados entre el año
1233 y el año 1565. Estos manuscritos son de vital importancia para el
conocimiento de un periodo histórico en el que quedan pocos testimonios. Además
nos ofrecen la visión real de cómo funcionaba una de las instituciones
económicas claves del reino, a la vez que nos dan la visión de la política de
la Corona sobre estos temas.
En el amplísimo mundo de lo que es el funcionamiento de
la Casa, desde el medioevo, podemos destacar la importancia que tienen fondos
como los de Montes, Pastos o Pasos Cabañales. Pero lo más significativo puede
ser las Actas de Sesiones que se conservan desde 1473 a 1899, distribuidas en
44 ligámenes (y desde esta fecha a la actualidad). La información
socioeconómica que ellas aportarán cuando se estudien es de vital importancia
para los estudios económicos; al igual que los Manifiestos de Ganados,
conservados desde 1516 y que nos darán la importancia de la cabaña aragonesa.
Para los estudiosos de la economía igualmente tienen mucha importancia las
Cuentas de la Casa, conservadas desde el año 1570 a 1891, las Recaudaciones de
la Casa entre los años 1776 y 1891 y el Catastro de Ganados que se conserva
para el siglo XIX (entre los años 1844 y 1873).
Capítulo aparte merece la sección Procesos ante el
Justicia de la Casa, no sólo por la trascendencia de la institución jurídica
sino por los más de 4.000 procesos que se conservan entre los años 1500 y 1925.
Protocolos hay entre los años 1586 y 1715, siendo fuente de una serie de
noticias de gran valor para los estudiosos del comportamiento social y
económico de los aragoneses. Además no hay que olvidar que los Actos de Corte
del Justicia se conservan para el periodo de años que va entre 1567 y 1654. Y
para Denuncias, material totalmente inédito, hay una importante base para la
realización de estudios sobre estudios sociológicos. Este fondo de denuncias
abarca desde el año 1546 al año 1899 y tiene 300 piezas documentales.
En lo relativo al ganado son de
interés los fondos que se refieren a Epidemias y que abarcan desde el año 1737
a 1899. Sobre la comercialización de la carne nos queda el fondo de Carnicerías
que abarca entre los años 1691 y 1806; fuente inapreciable de estudios sobre
los métodos y los valores de comercialización.
Por último, en líneas generales, conviene señalar que
este archivo conserva Privilegios desde el año 1120 al año 1838, resultado de
su vinculación a la Casa Real como organismo de peso en la estructura
socioeconómica del reino.
El conjunto total de la información afecta a un total de
277 pueblos de Aragón, de manera directa y concreta, y de forma indirecta a la
práctica totalidad de localidades.
Bibliografía:
- Ángel Canellas López, El archivo de la Casa de Ganaderos de Zaragoza: Noticia e inventario, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1982.
- Ángel Canellas López, Diplomatario medieval de la Casa de Ganaderos de Zaragoza, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 1988.