Tipo de fosa: Represión provocada por los sublevados
Fecha: 01/08/1937
Condiciones de acceso:
La primera fosa común se encuentra junto a una antigua paridera hoy en día totalmente destruída sita en la partida de Cañaverderol, en el monte de Las Traviesas, a unos dos kilómetros del casco urbano, sobre una carretera secundaria que conduce al cercano pueblo de Torres de Arcas.
En el municipio de Castel de Cabra siguen existiendo dos grandes zonas de enterramiento colectivo en las que reposarían todavía hoy los restos de numerosos soldados republicanos muertos en combate durante la conquista de la zona por las armas rebeldes, o ejecutados sumariamente una vez capturados. La que mencionaremos aquí se encuentra situada junto a una antigua paridera hoy en día totalmente en ruinas sita en la “partida de Cañaverderol”, en el monte de “Las Traviesas”, a unos dos kilómetros del casco urbano sobre la carretera secundaria que conduce al cercano pueblo de Torres de Arcas. Allí se produjo la ejecución de un elevado número de prisioneros republicanos, que habrían sido enterrados en las tablas de terreno cultivado situadas justo debajo de esa antigua paridera, al otro lado de la carretera y en un plano algo inferior del terreno. El lugar no está señalizado.
La fecha de los acontecimientos es aproximada.
Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: Aparentemente los vecinos José Arnal Loscos y Salvador Pastor Andrés fueron fusilados por los rebeldes tras su entrada en el pueblo, mientras que un tercer vecino llamado Juan José Mateo Claramonte pudo ser ejecutado en 1941, pero los datos en torno a sus muertes resultan confusos y contradictorios.
Otras víctimas de la guerra en la localidad: Entre la población de Castel de Cabra la guerra no dejó graves secuelas, aunque no dejaron de ocurrir algunas desgracias. Un vecino murió en extrañas circunstancias -se cree que fue asesinado- cuando transportaba un viaje de miel en compañía de algunos milicianos antifascistas en dirección a Albalate del Arzobispo. Aunque este dato no sea completamente seguro, podía tratarse de Joaquín Claramonte Sanz. Citar también la muerte de un joven llamado Pedro Alcaine Moliner en el campo de batalla mientras luchaba junto a los rebeldes. Nada sabemos de quienes perecieron del lado republicano. Indicar asimismo que un soldado moro de las tropas franquistas fue ejecutado sumariamente en el mismo casco urbano del pueblo, al parecer por intentar propasarse con alguna joven de la localidad. Se ignora qué fue lo que se hizo de sus restos.