La fosa existente en el pueblo de Longás guarda los restos de un guerrillero del maquis sorprendido por la Guardia Civil cuando se había acercado hasta las primeras casas del pueblo, más exactamente por la zona del Barrio Bajo, con la probable intención de abastecerse de alimentos. Los rumores en el sentido de que se trataba de un vecino de Uncastillo exiliado en Francia no parecen confirmarse a la luz de las últimas investigaciones emprendidas en aquella localidad. Su cuerpo yace junto al muro que da a la parte contraria del pueblo, en un rincón ahora completamente cubierto de zarzales y malas hierbas.

La fecha de los acontecimientos es aproximada.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados. Durante la guerra civil dos vecinos del pueblo -el alcalde republicano Pedró José López y el cartero Manuel Berges- fueron asesinados en Jaca por los sublevados y a día de hoy todavía se encuentran desaparecidos.