El río Bellós excava sobre el lecho calizo un cauce abrupto, con altas caídas y tajos profundos. Emplazado en un estrechamiento de las paredes donde la corriente ha erosionado el fondo, se alza el puente a unos 40-50 m desde el nivel del agua.

Realizado en mampostería, los estribos del puente apoyan en la roca; tiene un sólo ojo en arco amplio de tres centros, reforzado por una segunda línea de dovelas superpuestas al trasdós, y abre con una luz de unos 10 m. En el lado de la margen derecha hay un aliviadero, cerrado por arco de medio punto.

El tablero baja en ligera pendiente desde el centro a ambas orillas; restaurado hace poco tiempo, tiene el suelo enmorrillado. En cuanto al pretil, aparentemente producto de la misma restauración, reproduce el remate de las tapias de la zona.