La muralla que rodea el conjunto de Muro de Roda tiene forma alargada irregular con unos 150 m de longitud en el eje más largo, de norte a sur, y unos 50 de anchura, de este a oeste.

Está construido en la parte más alta de la sierra, aprovechando afloraciones de roca, de forma que en el lado oeste el cierre lo hacen las paredes de la plataforma rocosa sobre las que se ha construido un murete bajo, mientras que por el este hay un lienzo de muralla.

En los extremos norte y sur se cerró el recinto con la iglesia parroquial y con la ermita de Santa Bárbara, respectivamente, de forma que ambas se incorporaron al sistema defensivo.

La muralla ha sido reconstruida en épocas diversas, pero la obra primitiva fue realizada en mampostería, con lajas alargadas de piedra arenisca, asentadas en seco. Se halla articulada por cuatro pequeños e irregulares cubos, aunque debió tener algunos más emplazados en el sitio que ocupa la iglesia de Santa María. Su altura media al exterior es de unos 4 m, pero al interior es menor pues sirvió para contener y colmatar el terreno. Está recorrida por una especie de camino de ronda hecho de cascajo.

El único acceso al recinto se sitúa en un portón, bajo arco de medio punto, protegido por la elevada torre almenada que se levanta sobre el ábside sur de la iglesia.

El espacio interior ha estado dedicado siempre al cultivo y parece que su función primitiva fue la de protección del ganado en situaciones de riesgo, ya que se encontraba próximo a las plazas musulmanas de Secastilla y Graus.