Actualmente solo resta la base de una torre de sección circular con un diámetro de 13,3 m, que conserva una sala inferior cubierta por cúpula semiesférica a la que se accede por un corredor que se abre en el lado este.

Al exterior ha sido restaurada recientemente, pudiendo considerarse originales solo algunas hiladas de sillares en el lado norte. En la Enciclopédia catalana (1996: 387) se cita una publicación de Enríquez de Salamanca que en sus recorridos durante los años 70 pudo ver todavía el comienzo de un segundo piso con el arranque de cuatro nervaduras que debieron dar origen a una bóveda de crucería. Hipótesis sobre el posible aspecto de la torre se exponen en la página citada de la Enciclopédia catalana .

En el siglo XVIII fue desmontada para levantar la torre sureste de la catedral.

A finales del siglo XX, dentro de las actuaciones realizadas por la DPH en el marco del programa Arte y naturaleza, fue objeto de una intervención consistente en colocar una leyenda que recorre el perímetro de la cubierta de la torre. En letras recortadas en chapa metálica se lee: "ESTE TRAYECTO TAMPOCO CONDUCE A UN FINAL PREVISIBLE".