La iglesia parroquial de San Mateo es un edificio de estilo barroco de inspiración clasicista construido en sillería y ladrillo, de planta central con cabecera plana orientada al noroeste y sacristía anexa a la misma en el lado norte, y torre situada en el ángulo sureste, a los pies del templo, que sobresale en planta.

El acceso a la iglesia se realiza a través de una pequeña escalinata que salva el desnivel con la calle.

La entrada, abierta a los pies del templo, es adintelada y está enmarcada por dos pilastras lisas jónicas que sostienen un entablamento moldurado sobre el que se dispuso una hornacina central y dos pequeños pináculos en los extremos.

La fachada se remata en forma de hastial flanqueado por dos ménsulas con decoración de entablamento clásico y con óculo abierto en disposición central.

En el lado del Evangelio y alineada con la fachada se alza la torre de cuatro cuerpos separados por molduras salientes. El primero tiene forma de prisma de esquinas rectas y está construido en sillería. El resto de los cuerpos están realizados en ladrillo y tienen planta cuadrada con las esquinas achaflanadas. En el cuerpo de campanas se abrieron cuatro ventanas en arco rebajado entre pilastras que terminan en un entablamento con molduras y cornisa denticulada. Y sobre él un cuerpo poligonal en el que se disponen cuatro óculos abiertos. La torre se remata con un chapitel piramidal. 

La singularidad de la parroquial es la organización interior en planta central cubierta por cúpula gallonada sobre pechinas con ocho grandes óculos de iluminación que en el exterior sobresale en forma de cimborrio octogonal de ladrillo.

Al interior el espacio central está decorado con grandes columnas y pilastras con basas áticas, fustes estriados y capiteles corintios compuestos que terminan en un entablamento formado por arquitrabe, friso con dentículos y cornisa moldurada.

El coro se sitúa a los pies de la iglesia, en alto sobre la entrada, sobre semicúpula vaída sobre pechinas y con frente en arco carpanel.