La parroquial de Santiago es un gran edificio de planta de cruz latina con cabecera poligonal de tres paños. Presenta un gran interés arquitectónico, al que contribuyen el valioso retablo renacentista de Pedro de Aponte y Cristóbal de Cardeñosa y la presencia de restos de la fortificación medieval de la localidad.
Al exterior, destaca la fábrica de buena sillería, los contrafuertes en el muro y vanos de ventilación para las bóvedas. En el muro sur del primer tramo de la nave, está la portada de ingreso. Es fruto de la restauración porque fue parcialmente destruida en una intervención anterior. Está compuesta por un arco de medio punto flanqueado por dos esbeltas columnas acanaladas de capitel clásico, que sostienen un entablamento con friso de triglifos y anchas metopas y, sobre él, un tímpano triangular que contiene una venera; asimismo hay círculos avenerados en las enjutas.
En el interior, la amplia nave está dividida en dos tramos. El de los pies, más estrecho, corresponde a la primitiva iglesia románica, de la que se conservan restos de paramentos bajo el coro (en el lienzo de los pies y en el de la Epístola). Todo el edificio se cubre con bóvedas estrelladas de nervaduras de triple bocel que arrancan de ménsulas, decoradas con pencas o avolutadas, y presentan claves con motivos florales, todo ello de estuco. En los ángulos del testero hay dos grandes trompas en forma de concha con un borde superior de cabecitas de ángeles, sobre el que se sitúa un friso que recorre todo el perímetro interior y que lleva una larga inscripción de carácter religioso (fragmentos del Evangelio, bienaventuranzas, etc.), donde también se lee que el templo se terminó en 1594. El coro alto sobre vigas de madera decoradas con volutas y balaustres entre pilarcitos también es obra del siglo XVI.
A la izquierda del presbiterio se encuentra la sacristía. Su puerta de ingreso es adintelada, entre pilastras, con entablamento y frontón triangular, todo muy moldurado. Es una sala cuadrada cubierta con bóveda estrellada de nervios combados, en cuyo interior destacan una pila de aseo decorada en estuco y una calavera situada bajo un arco rebajado.
Por otra parte, en el muro del lado del Evangelio, en la zona de los pies, ha quedado empotrada la que fue torre defensiva en el siglo XV. Este torreón medieval tuvo tres pisos, según se deduce de las ménsulas visibles, una de ellas con una flor de seis pétalos labrada. En sus muros de sillares, que presentan diversas marcas de cantero, aparecen algunos vanos en aspillera abocinada y un festejador (en el tercer piso); asimismo se aprecia la impronta de unas escaleras. Se sabe que la torre fue casa del sacristán (restos de escaleras y chimenea) y capilla, cuyo acceso fue cegado en la última restauración para abrir la puerta original de medio punto. En su interior subsisten también los arranques de arcos de alguna reforma de época gótica.
La torre campanario está estructurada en cinco cuerpos. Los tres primeros son cuadrados y separados por una cornisa en forma de gola. Dos aspilleras se abren en el primero y una en el segundo, mientras que el tercero muestra sus vanos de medio punto para campanas cegados. Se trata de una reforma realizada en el siglo XVIII, cuando la torre fue recrecida, con el añadido de dos cuerpos octogonales. El cuerpo superior, de mayor altura, aloja las campanas bajo vanos de medio punto. Finalmente, está rematada por un chapitel de ladrillo.