Al suroeste de Fuentespalda, en las proximidades del cementerio, en una leve colina en cuya superficie aflora una plataforma rocosa sobre la que está construida la ermita.
El alzado exterior proporciona la percepción de la ermita como un conjunto volumétrico de gran contundencia, conseguido por la disposición trebolada de tres rotundos cubos semicilíndricos en cuya intersección sobresale un cimborrio de sección cuadrada.
Tal efecto se consigue a partir de una planta centralizada en forma de cruz griega con los tramos de la cabecera y del crucero trazados en hemiciclo, y el de los pies, recto. Los cortos brazos de esta cruz sirven para generar una concentración de espacio en plano y de volúmenes en altura que al exterior producen el potente efecto arriba indicado y, al interior, configuran un espacio único y continuo.
Se trata de un edificio diseñado bajo una concepción barroca del espacio y del volumen.
Una pequeña sacristía, adosada a la cabecera por el lado de la epístola, y un estrecho habitáculo, por el lado del evangelio en el tramo de los pies, donde aloja la escalera de acceso al coro, acaban de componer la edificación.
La construcción es de mampostería trabada con tan abundante mortero de cal y arena que prácticamente sirve como revoco. Las esquinas son de sillería.
Las cubiertas, realizadas con teja árabe, son a dos aguas en el tramo de los pies, a cuatro, en el cimborrio, cónicas, en cabecera y brazos de crucero, y, a una vertiente, en la sacristía y en el tramo que cobija la escalera. Apoyan sobre aleros de ladrillo aplantillado curvo, excepto los tejaroces cónicos, que lo hacen sobre losa.
La puerta se encuentra en el hastial de los pies. En origen fue un ancho arco apoyado sobre maineles y despiezado en dovelas anchas y de radio corto. Posteriormente, en el interior del vano se instaló otra puerta más pequeña de dovelas y maineles moldurados.
El interior se configura desde la intersección de los brazos de la cruz, donde, apoyada en la unión de los muros, se eleva una cúpula sobre pechinas, que sustentan también las tres bóvedas de cuarto de esfera de la cabecera y de los brazos del crucero. El tramo de los pies está cerrado por bóveda de arista.
La decoración se destina a unificar el espacio, por medio de un doble entablamento corrido, trabajado con molduras y mútulos, pero también a resaltar los elementos arquitectónicos: las pilastras e intradoses de los arcos con molduras lineales curvas y con capiteles compuestos (volutas y elementos vegetales); las pechinas, con óvalos enmarcados por vegetación carnosa; las bóvedas de horno, con veneras en relieve para enmarcar los óculos de iluminación.
Tiene coro alto a los pies sobre forjado de vigas y revoltón. Se accede por escalera interior que parte del brazo norte del crucero.