Es un pequeño e interesante edificio de una nave con dos tramos y ábside semicircular orientado al este.

El exterior presenta un aspecto de gran ligereza, gracias tanto a sus proporciones como a la sustitución de los habituales contrafuertes por parejas y haces de columnas adosadas, que se disponen en la zona de separación de la nave y el ábside, en la parte central de la nave y en las esquinas del hastial. Se encuentran cortadas a media altura por una imposta decorada con relieves que recorre todo el exterior del templo. También destacan la cornisa, con canes de piedra en nacela.

Sin embargo, el elemento más interesante del exterior es la portada, que se sitúa en la fachada oeste. Presenta un acusado abocinamiento, con seis arquivoltas en arco de medio punto con decoración de dientes de sierra, entrelazos y temas vegetales. En el tímpano hay un crismón central sobre tres palmeras y flanqueado por sendas vides con frutos sobre las que están representados y el sol y la luna.

En el interior la nave consta de dos tramos, separados por un arco fajón y cubiertos por bóvedas de crucería simple; el ábside se cubre con bóveda de cuarto de esfera articulada por dos nervios radiales que convergen en la clave del arco triunfal. Los arcos fajón y triunfal descansan en pares de columnas adosadas y los nervios diagonales en otras columnas, lo cual genera una composición arquitectónica muy dinámica, de gran interés formal. Todas las columnas están coronadas por capiteles decorados con motivos vegetales o geométricos, unidos por una imposta que recorre el edificio a la misma altura que la imposta del exterior.

En el ábside, entre las columnas adosadas, se abren tres ventanales de medio punto, con doble arquivolta y sendos pares de columnillas cada uno.