Del antiguo convento cisterciense, que ocupaba una extensa superficie junto al río quedan numerosos restos, casi todos de época barroca. La iglesia fue sutituida por la actual parroquia; al sur de ella se encuentran trechos de la tapia del monasterio, con muros de argamasa de cal y mampostería. Los restos mejor conservados componen un conjunto cerrado en torno a un espacio central irregular -la plaza de Violante de Luna-, situado al oeste de la iglesia y al que se accede mediante una puerta comprendida en una edificación de carácter formal. En la plaza se conservan numerosos restos de edificios auxiliares, convertidos actualmente en viviendas; con elementos de carácter estilístico, así como un edificio más representativo, de sobria arquitectura neoclásica.

La portada forma parte de una fachada a modo de arco triunfal, fechada en 1621. Consta de tres niveles: en el bajo se abre la portada de medio punto flanqueada por columnas adosadas jónicas y en sus laterales recuadros en forma de vanos; un sencillo entablamento da origen al segundo cuerpo rectangular flanqueado por volutas. El paso, cubierto con techo de vigas de madera, un reloj de sol y elementos ornamentales en las cornisas. Más popular, con distribución irregular de huecos, con dinteles de sardinel de trasdós curvo; algunas peanas de balcones son de sillería. Destaca la importante cornisa norte de media caña de yeso y el hastial oeste con molduración de ladrillo en entablamento y frontón, un óculo resaltado y cornisa de ladrillo de pecho de paloma.