Se trata del conjunto destinado a la recogida de las rentas y cargas señoriales del lugar de Escatrón, que era propiedad del monasterio de Rueda.
Consta de la casa propiamente dicha, una construcción aneja (un corral) y otra próxima, conocida popularmente como la Cárcel, aunque con toda seguridad fue en origen un granero y almacén para los productos recogidos por los representantes del monasterio (véase ficha individual). La casa y la Cárcel están adosados por su parte lateral y trasera, respectivamente, a una casa que parece de construcción posterior; sin embargo, esta casa tiene un elevado zócalo de sillares que parece sugerir que hubo una construcción que las comunicaba.
La casa, de planta cuadrangular y tres pisos, está construida con mampostería de gran tamaño y acabado tosco, que cuenta con un refuerzo de sillar en las esquinas; hay algunas partes del paramento reparadas con ladrillo antiguo (quizá del siglo XIX), que también se usó para enmarcar los vanos de un balcón y una ventana de apertura posterior a la construcción de la casa. Cubre a dos aguas con teja, que se prolonga en un alero de poco vuelo sostenido por una doble hilera escalonada de ladrillos dispuestos en esquinilla y piezas colocadas verticalmente a modo de mútulos.
En la planta baja se abre la puerta de acceso al edificio. Es en arco de medio punto, con dovelas anchas y cortas, sobre jambas de sillares de tamaños irregulares, aunque en general grandes. En el frente de su clave presenta incisa una hexafolia, una flor de seis pétalos, motivo decorativo poco habitual en la comarca. En su misma vertical se disponen un escudo del monasterio y una hornacina. El escudo es de forma oval, cimado por corona y rodeado por lambrequines vegetales. En el cuerpo, sin particiones, aparece en relieve la rueda que identifica al monasterio, atravesada verticalmente por un báculo coronado por mitra abacial. Inmediatamente sobre el escudo, se abre una hornacina avenerada actualmente vacía.
En el piso superior, ligeramente descentrada del eje central descrito, se abre una ventana, enmarcada por ladrillo, como también lo está el balcón del piso inferior. Ambos huecos deben de ser producto de una reforma del siglo XIX.
El corral se adosa a uno de sus laterales. Tiene forma trapezoidal por su adaptación al viario y su fachada se sitúa en una bifurcación de una calle. Sus paramentos han debido de ser objeto de bastantes reparaciones y en ellos se mezclan la mampostería de gran tamaño y el tapial. Sobre la puerta, adintelada y de gran tamaño, hay una banda de ladrillos en cuyo centro puede verse el símbolo del monasterio.
No pudo visitarse el interior de ninguna de las dos construcciones.