Para la construcción de la iglesia se partió de una planta centralizada de cruz griega inscrita en un cuadrado a la que se añadió un presbiterio, resultando finalmente un espacio interno de tres naves, definidas únicamente por los cuatro pilares centrales que sostienen la cúpula.

La armonía caracteriza el interior de la iglesia, cuyos paramentos internos quedan recorridos por un ritmo de pilastras de fuste acanalado y capitel corintio, sosteniendo un entablamento que recorre todo el perímetro de la iglesia. Esta decoración de tipo arquitectónico, dentro de un lenguaje claramente clasicista, es una transposición del utilizado en la fábrica del Pilar, en la que los dos maestros de obras han participado.

El sistema de cubiertas utilizado en la iglesia combina un juego de cúpulas ciegas sobre pechinas que cubren los espacios cuadrados que quedan en los ángulos, mientras que los brazos de la cruz griega se cubren con bóveda de lunetos. El espacio central se cubre con una cúpula peraltada de mayores dimensiones que las anteriores, en la cual se abren cuatro óculos ovales al interior, decorados igualmente en su parte inferior con ramitas entrelazadas de estuco y separados por parejas de molduras radiales que se decoran con motivos florales. La cúpula queda rematada con una linterna ciega. En los lunetos de las bóvedas se abren óculos de iluminación, cuya parte inferior se decora con estucos en forma de ramitas entrecruzadas.

Al exterior la edificación mantiene la tradición constructiva del ladrillo, utilizándolo cara vista al exterior, mientras que al interior dicho material aparece revestido por una capa de estuco. La construcción se muestra exteriormente a través de una fachada de dos pisos, de traza sencilla, centrada por una portada en arco de medio punto en el cuerpo inferior, flanqueada por dos pares de pilastras lisas rematadas con capitel que contiene guirnaldas colgantes como decoración. Sobre este primer cuerpo, rematado por un entablamento sencillo, se levanta el cuerpo superior, centrado por un gran óculo que queda flanqueado a su vez por otro par de pilastras, esta vez sencillas, rematando todo el conjunto un frontón triangular con un óculo inscrito.

Se trata de un edificio barroco, concebido dentro de la estética academicista, construido entre 1768 y 1780 en sustitución de otro anterior de época renacentista que, a su vez, vino a sustituir al original templo medieval.