El claustro, de planta ligeramente cuadrangular, está formado por cuatro galerías cubiertas por bóvedas de crucería sencilla sobre arcos apuntados marcados con nervaduras de bocel que apean en los muros perimetrales a través de ménsulas decoradas con motivos de carácter vegetal.

Abre al patio mediante arquerías ojivales de traza muy sencilla sin decoración escultórica. Encima, una sucesión de canecillos que serían los que sostendrían el alero del tejado primitivo, sustituido para elevar la planta superior a partir del siglo XVI, que consta de huecos cuadrados y una serie de óculos que recorren todo el perímetro del claustro.

El nuevo claustro de época renacentista, abierto hacia el este con tres alas de tres alturas, delimitaba un gran patio abierto por uno de sus lados. En sus fachadas dispone logias de tres niveles con grandes arcos rebajados entre pilastras, uniformemente dispuestas.

Destaca la fachada que da al parque y se conoce como Galería de las Celdas. Es una gran galería de tres plantas con arcadas continuas a base de arcos rebajados y barandilla de madera, a la cual daban las celdas que hoy corresponden a las habitaciones del hotel.

La escalinata renacentista fue una prolongación del ala oriental del claustro, en el lugar donde estuviera el antiguo scriptorium, cuya función era conectar con la ampliación del monasterio que se extiende hacia el este. La escalera es de grandes dimensiones y consta de seis tramos que se cubren con crucería estrellada del s. XVI. Esta escalinata se apoya en una serie de arcos y pilares que constituyen en la actualidad el hall del hotel, y que presentan un interesante juego de volúmenes.