Gobierno de Aragón Diputación Provincial de Huesca Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés

Ermita de Santa Bárbara

Teruel -  Matarraña / Matarranya -  Monroyo -  Monroyo  - La Serra y el Alto Tastavins


 Áreas de información


 Ubicación:

Está situada sobre un cabezo, al suroeste del pueblo y muy próxima a este, en dirección a Torre de Arcas, junto a la carretera N-232 y muy visible, tanto desde la propia carretera como desde los alrededores.




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  • Vista sureste del edificio
  • Vista noreste
  • Vista de la fachada norte
  • Vista de la fachada oeste
  • Volúmenes adosados en el costado sur
  • Vista interior con cubierta derrumbada
  • Hueco de la cúpula hemiesférica
  • Bóveda nervada parcialmente derruida
  • Arcos formeros
  • Coro a los pies totalmente derruido

Descripción


En avanzado estado de ruina, es un edificio tardobarroco de carácter clasicista, con una sola nave, crucero alineado y cabecera poligonal orientada al oeste. Tiene adosados dos pequeños volúmenes construidos en el costado sur (lado del evangelio): la casa del ermitaño, en el extremo de los pies, y la sacristía, junto a la cabecera y con acceso desde esta.

Está construida en mampostería sobre zócalo del mismo material, con refuerzo de sillería en las esquinas, salvo la fachada, que es de sillería, y las arquerías interiores y el alero, que son de ladrillo.

El exterior, completamente hundidas las cubiertas, carece de elementos destacables, a excepción de la hilera de ventanas, en arco rebajado de ladrillo dispuesto a sardinel sobre jambas de cantería, que recorre ambos lados de la nave. También puede destacarse el plástico alero de ladrillo aplantillado que dibuja sucesivos niveles escalonados curvos.

El elemento más destacado por el exterior es la fachada, situada en el hastial de los pies, que parece inspirada en la del santuario de la Consolación, por tratarse de una fachada-pantalla de llamativo remate mixtilíneo (parcialmente derrumbado en este caso) que oculta el edificio y precede a un pequeño atrio en cuya parte superior se aloja el coro alto a los pies de la nave principal. Esta fachada-pantalla se abre en un gran arco de medio punto, sobre el que hay una ventana adintelada moldurada con baquetones en cuyo dintel consta en relieve la fecha de 1803.

Esta puerta daba acceso a un pequeño atrio, cuya cubierta plana se ha hundido, en el frente del cual había, según descripciones antiguas, una portada también en arco de medio punto, igualmente desaparecida en la actualidad.

El interior, cuya cubierta está completamente hundida, constaba de una única nave, dividida en tres tramos por perpiaños rebajados de ladrillo que apean en gruesos pilares con capiteles moldurados sobre los cuales corre un entablamento liso, encima del que se elevan a ambos lados de la nave sendas hileras de arcos formeros de medio punto como refuerzo; debía estar cubierta por bóveda de cañón con lunetos. El crucero, cuadrangular, conserva el hueco de la cúpula hemiesférica, que se alzaba sobre unas pechinas todavía visibles. Y la cabecera, de planta poligonal de tres lados, se cubre mediante una bóveda nervada parcialmente hundida.

Tenía coro alto a los pies, sobre el pórtico, que se encuentra totalmente hundido. Se accedía a él a través de una escalera situada en la pared de los pies de la iglesia.

En ambos lados del crucero se conservan, muy gastados, los restos de sendas pinturas murales en marco rectangular: representan dos imágenes de la Virgen, una de ellas con seguridad la del Pilar, mientras que la otra se ha supuesto una representación de la Virgen de la Consolación.

La casa del ermitaño, adosada en el lado sur por la zona de los pies, es una sencilla construcción de planta rectangular y dos pisos, de carácter popular, también en avanzado estado de ruina. Realizada en mampostería, con una puerta en arco de medio punto de ladrillo, parece por sus características contemporánea a la construcción de la ermita.



Fuente


  • CARRÉGALO SANCHO, José Antonio. Monroyo: el hábitat disperso (las masías). Asociación Cultural Sucarrats, 2003.
  • PUYOL IBORT, Marta. Inventario de Patrimonio Arquitectónico de la Comarca del Matarraña/Matarranya. Fase I. Inventario inédito, Comarca del Matarraña/Matarranya, 2016.
  • Plan de Promoción y Gestión del Patrimonio Cultural Comarcal. Inventario inédito, Comarca del Matarraña/Matarranya, 2005.
  • Programa de Desarrollo Turístico de la Comarca del Matarraña. Inventario inédito, Comarca del Matarraña/Matarranya, 2000.

Bibliografía


  • BENITO, Félix. Patrimonio histórico de Aragón: Inventario arquitectónico.Teruel. Zaragoza: Diputación General de Aragón, 1991.

Síntesis histórica


Entre las tres ermitas con que contaba Monroyo es la más antigua documentada, pues aparece en un testamento de 1324, en el que constan diversos legados a la ermita. Sin embargo, no se conserva ningún resto de ese edificio medieval.

El edificio actual es una construcción de 1803, según fecha que consta en su fachada, y parece haber tomado como modelo para su diseño el santuario de la Consolación, aunque desde una óptica más clasicista y austera, acorde con su carácter tardobarroco.

La casa del ermitaño estuvo en uso hasta la última guerra carlista, en 1876.

Y la ermita mantuvo su culto y su uso hasta la última guerra civil: al inicio de esta, fueron quemadas todas sus imágenes y se desmantelaron sus tejados, que se utilizaron para cubrir unos lavaderos. A partir de ese momento comenzó el proceso de ruina que continúa en la actualidad.

Tradiciones


  • Los vecinos de Monroyo y de sus masías acudían a esta ermita de romería el 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara. Iban en procesión desde la localidad hasta la ermita, donde se celebraba una misa y, tras esta, se repartía entre los asistentes pan bendecido con aceite.
    También se realizaba aquí el 3 de mayo, festividad de la Santa Cruz, la bendición de los términos, habitual en la mayor parte de las localidades aragonesas. En este caso se obsequiaba a los asistentes con un pequeño pan denominado popularmente “prima”.
    Ambas prácticas religiosas se mantuvieron hasta la última guerra civil, al igual que la costumbre de bandear la campana de la ermita dos veces al día, que corría a cargo del ermitaño.

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