Era conocido localmente como pou del chelo.

Es un pozo de forma cilíndrica, forrado de piedra sillar. Este cuerpo cilíndrico está cerrado con una cúpula realizada por aproximación de hiladas, con un hueco central de forma circular.

Su construcción es de buena factura, lo que viene a apoyar la idea de que la mayoría de los neveros construidos en esta comarca fueron elaborados por canteros con experiencia en el oficio.

El material empleado en este caso es la piedra seca. Destaca la forma de embudo utilizada para rematar el orificio cenital que cierra la cúpula, para que el producto al ser arrojado en el interior no se esparza por los lados y se pierda; es una solución poco común, ya que solo se conocen en la provincia otros pozos dos con esas características, localizados en las poblaciones de San Juan del Flumen y Valfarta, en los Monegros oscenses. A su vez, esta cúpula semiesférica se cubre con una capa de tierra y piedras que aíslan el interior y disminuyen los efectos del calor.

En la parte inferior el agua fundida se evacúa a través de un desagüe al exterior, lo cual que impedía que el agua acelerase la descongelación del hielo que quedaba.

Por la puerta, que se encuentra en la parte frontal, se introducía la nieve y el hielo.