SIPCA
Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés
A partir del 14 de octubre iniciamos la que va a ser nada menos que nuestra décima temporada de colaboración en el espacio cultural "La torre de Babel" de Aragón Radio, dirigido y presentado por Ana Segura. Como en años anteriores, la colaboración de...
Es una iglesia basilical de tres naves con crucero no acusado en planta que culmina en una triple cabecera absidial siendo, en la actualidad, el ábside central más prolongado.
Las naves van separadas por pilares de diferente formato, unos cruciformes y otros a modo de columnas con grandes capiteles; sobre ellos se alternan arcos de medio punto y arcos fajones preparados para la cubrición con bóvedas. El sistema de cubrición se concretaría de la siguiente manera: los ábsides van cubiertos por bóveda de cuarto de esfera y sus embocaduras, así como los brazos del crucero, con medio cañón; sobre el cuadrado central se dispone un cimborrio octogonal, sobre trompas, cerrado por un casquete esférico de sillería de arcos cruzados; las naves van cubiertas por bóveda estrellada.
La decoración, mientras en el interior de la catedral se limita a los capiteles de las columnas, de tres tipos: figurados, hojas y encestados; y a las impostas de los muros, de característico ajedrezado; en el exterior la decoración tallada articula y da fuerza a la estructura arquitectónica a base de cornisas con decoración de ajedrezado, modillones de rollos sencillos, metopas con un extraordinario juego escultórico que discurre a través del bestiario realista y fantástico y los capiteles derivados del capitel corintio en múltiples versiones. Destacando especialmente las portadas occidental y meridional.
Al exterior destacan en especial el pórtico, o portada occidental, y la portada meridional.
La portada occidental es denominada pórtico de San Pedro o lonja mayor.
Articulada con una fina concentración de arcos, dos de ellos baquetonados, en gradación de profundidad poco pronunciada que continuan en columnas acodilladas cuyos capiteles se decoran con episodios religiosos (Daniel en el foso de los leones). En la parte superior se dispone un tímpano formado a partir de una pieza de segmento circular al que se añadió un suplemento hasta rellenar el medio punto. En el centro del tímpano se dispone un crismón compuesto por las letras XPS más las apocalípticas alpha y omega, completado con un travesaño horizontal que añade el símbolo cruciforme al nombre de Cristo. A ambos lados del crismón se situan dos figuras de león, uno perdona al hombre caído y camina sobre la serpiente, mientras el otro sujeta a un oso y camina sobre el basilisco. Ambas imágenes van flanquedas por sus respectivas descripciones.
La portada meridional es de dimensiones menores. Está dotada de un tímpano, decorado por un escudo de reciente factura, habiendo desaparecido la decoración original del Pantocrator rodeado por el Tatramorfos; bajo finas arquivoltas, una de ellas polilobulada, que apoyan sobre dos columnas con capiteles historiados ( en el lado oeste la escena de Balaam sobre su burra; en el lado este el sacrificio de Isaac). El conjunto se protege por un pórtico sostenido por columnas; construcción moderna donde se aprovecharon siete capiteles románicos.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002