Bienes inmuebles, muebles e inmateriales declarados Bien de Interés Cultural, Catalogado, Inventariado y Monumento de Interés Local por el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos
Es un conjunto fortificado de grandes dimensiones, compuesto por una torre hexagonal y un recinto alargado y estrecho de planta pentagonal irregular. La torre se sitúa en el extremo norte de este recinto, cerrándolo por ese extremo.
El muro de cierre del recinto, que en algunos puntos está caído y en otros se conserva hasta una altura de al menos 6 metros está realizado en sillarejo alargado de escasa altura, aparejado en hiladas en general regulares.
La puerta de acceso se encuentra en la cara este del recinto. Es en arco de medio punto de estrechas dovelas, en cuyo trasdós se añaden pequeñas piezas de piedra (del mismo tamaño que cada una de las dovelas) de carácter decorativo, en una solución similar a la que se puede ver en los castillos de Loarre, Fantova y Abizanda. El vano de acceso está doblado por otro arco de medio punto de mayor altura al interior.
En el muro del recinto se conservan dos saeteras, una en el lienzo este, junto a la puerta descrita, y otra en el sur. La primera presenta un gran derrame interno y cubre con dintel al interior, sobre el que se sitúa un arco de descarga de medio punto. La ventana del lienzo sur tiene mayor luz, similar derrame al interior y cubrición con dintel interno, en este caso sin arco de descarga.
Como ya se ha indicado, la torre se sitúa en el extremo norte del recinto (donde la cima del cerro se estrecha considerablemente) y tiene planta hexagonal irregular, elevada con un aparejo similar al del recinto amurallado que la circunda. Al interior es cuadrada, y en su parte inferior se construyó un aljibe, cubierto con una bóveda de cañón horadada en su parte superior. La torre ha desaparecido en gran parte de su altura.
Unas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1995 sacaron a la luz estructuras de estancias, un pavimento de losas y un canalillo de piedra.